Carta al
pasado.
¡Hola Elena¡ Te miro en la
distancia, en ese lugar sagrado en el que te encuentras. Me parece verte en el
silencio de la noche cuando sola, te de
dedicabas a dibujar.
Te recordaré hoy,
en tan un solo momento que marcó tu vida. Era un sueño. Ese sueño por el que
luchabas. El tener como otras niñas, una gran caja de colores Prismacolor, de
aquellas que traían 60 creyones y que se desplegaban en una hermosa gama
armónica.
Pero la respuesta
de tu papá siempre era la misma:
<Pero hija, con eso es suficiente> Y aceptabas con entera sumisión, acunando entre tus manos la cajita
con doce colores.
¡Claro¡ hoy
entiendo que él tenía razón… y en aquel
maletín entre, cuadernos y libros se percibía el más agradable aroma que
despedía la madera que envolvía cada uno de esos creyones.
Elena, ese era el
inicio de ir paseándose por el mundo del
color. Ahora pinto con óleo sobre lienzo, mi
técnica preferida. Con el aroma d la trementina y las pinturas, por todo eso quiero darte las gracias.
Te cuento que ese
amor persiste y que hoy como pintora autodidacta, he expuesto en individuales y
colectivas. A nivel nacional e internacional. Pero por sobre todas las cosas, quiero que sepas que tengo una obra, que para mí ha sido un orgullo pues es Patrimonio Artístico del Estado y
está en exposición permanente en la Casa de los Antiguos Gobernadores de Mérida
y es la Loca Luz Caraballo que es una amalgama de poesía y color
Ha pasado el tiempo,
y hoy puedes verme como una anciana… estoy muy lejos
de aquella niña amada para mí. Pero hoy,
tengo sueños y proyectos, entre ellos te cuento algo que me parece maravilloso y es: que estoy participando en
el Premio Nacional de Cultura 2012-2014…
y voy
por Artes Plásticas. Tengo en mí haber, mucho, mucho más de treinta años pintando.
Puedes querida Elena,
estar tranquila, pues he llegado a lo quería ser de niña…te acuerdas? Frente a un caballete…pintando, también como escultora. Estar en lo que siempre me ha
gustado…Y por todo eso…Le doy las
gracias de nuevo, por haberle dado rumbo
a mi vida. Y eso me hace muy feliz.
Sabes, una hija me dio un regalo en el día del niño, una caja de esos creyones. Simbólico, verdad?
P.D.
Quién lo iba a
creer Elena… El sueño, lo logré.
Te amo inmensamente
Elena
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